El día después
de traer el peral nos encontramos al "amigo" que os enseño, en el
muro de la terraza.
¡ Vaya susto! |
Coincidencia o no, igual lo atrajo su olor, yo que sé,
parecía tener muy pocas ganas de marcharse y se llevó ahí pancho mas de hora y
media, que hasta tiempo tuve de hacerle un reportaje fotográfico y de llamar a
mi amiga Mercedes, una especialista en tema bichos, y más cosas, claro, para hacerle una consultita
sobre el protocolo de actuación. Intentamos asustarlo con un palo de escoba,
debidamente atrincherados tras la ventana del dormitorio ("pa vernos"), pero entonces se cayó
al suelo.
Aquí el bicho aún sin identificar |
Ahí nos empezó
a dar pena, (al principio sólo nos daba un asco enorme y algo de curiosidad) y
como parecía inofensivo, mi marío se armó de un tape del Ikea y de un valor infinito, y lo pilló, como
también podeís ver, ahora en foto de perfil, que da todavía más miedo si es
posible.
Tras mirarlo un ratito con un asco morboso y sin que el bicharraco se
inmutara en absoluto, lo dejamos libre sin más que un pequeño empujoncito y un "no vuelvas nunca".
Salió volando con destino muy probablemente a la terraza de
otro vecino cercano.
Ahora nos queda la incógnita, y mira que lo hemos intentado identificar por Internet, de qué sería el bicho dichoso, si una libélula fea, un saltamontes extraño...
Ahora nos queda la incógnita, y mira que lo hemos intentado identificar por Internet, de qué sería el bicho dichoso, si una libélula fea, un saltamontes extraño...
Así que aprovecho para hacer un llamamiento popular, y no lo digo en broma, pues
agradecería un montón que alguien me dejase algún comentario si sabe a que tipo
de insecto le dimos cobijo, y algo de lata. Gracias!
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