Jose Luis |
Lo trajimos a
casa el sábado, y antes de llegar
ya tenía nombre... "Jose Luis", ¡por lo de perales claro! Es un chiste
muy malo, lo admito, pero en mi defensa cabe decir que ha sido su papá quien le
ha puesto el nombre artístico al pequeño peral.
Con él se inaugura felizmente, y espero que así siga siendo, la sección de
frutales de "mihuertoandme".
El lunes lo trasplanté a su nueva maceta, con un montón de piedrecitas en
el fondo para que drene bien, luego recibió un baño "antiplagas" por
si acaso y un riego considerable. Todavía no ha hecho declaraciones sobre si es feliz en su
nuevo hogar, pero al menos, hago constar que no se ha quejado de momento.
Nos costó 18 euros, que no sé si será un precio caro o barato.
Aquí en la foto podéis ver la "cicatriz" del injerto que tiene en
el tronco mi "Jose Luis", pues es así, injertando como se consiguen
hacer árboles enanos que den frutos. Tranquilos que no media manipulación
genética alguna de esas que nos dan tan "yuyu".
Injertar es una técnica hortícola
muy común, que consiste en cortar las partes deseadas de los dos ejemplares,
unirlos, y atarlos bien hasta que se crea una unión entre ellos. Eso sí, hay
que cortarlos por donde se debe, en la fecha conveniente, hacer bien la unión,
saber que especies son compatibles... vaya que parece fácil y me da que no lo
es en absoluto.
A la parte baja (las raíces) se le llama rizoma, y es la que controla la altura
del árbol. La parte superior del árbol, llamada Púa de injerto, es la responsable del tipo de fruta que vamos a comernos en casa muy pronto.
La verdad es que salir a mi terraza, ver mi arbolito con sus frutitas y comerme una recién cortada me parece una maravilla, pero primero habrá que ver si se adapta bien, regarlo con mucho mimo, esperar a que florezca y que estén maduro los frutos, una vez más... paciencia.
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